jueves, 4 de mayo de 2017

Historia de los refrescos, ¿cómo nacen en el mundo?

Los refrescos empezaron a elaborarse en las farmacias para mejorar pequeñas enfermedades. 

 Los farmacéuticos utilizaron sabores dulces en los refrescos para enmascarar el sabor de medicinas amargas como la quinina y el hierro, ya que en esa época la mayoría de los medicamentos eran tomados en forma líquida.

Si quieres saber la historia del refresco a lo largo de su existencia, sigue leyendo...





Historia de los refrescos, ¿cómo nacen en el mundo?


Antes había pocas restricciones legales sobre lo que podía agregarse a las bebidas de las fuentes de soda; muchas personas acudían por la mañana a las fuentes de soda para beber una bebida refrescante y “saludable”, que muchas veces tenía un efecto estimulante ya sea por la cafeína u otras sustancias.

El primer paso que dio lugar a la elaboración de los refrescos como hoy los conocemos se produjo a finales del siglo XVIII, cuando comenzó a utilizarse el término “soda” para denominar a una bebida elaborada a partir de agua, bicarbonato sódico y anhídrido carbónico.

Los refrescos tienen sus inicios en Europa, donde por muchos años se le han atribuido propiedades curativas a las aguas minerales naturales, ya sea bebiéndolas o bañándose en ellas. 

En 1767 Joseph Priestley encontró la forma de poner dióxido de carbono en agua; utilizó levadura para producir una bebida débilmente carbonatada.

La notoriedad que fueron adquiriendo estas bebidas dio lugar a que en 1783, un joven científico amateur, Jean Jacob Schweppe, perfeccionara las ideas de Priestley y Lavoisier para desarrollar su fabricación industrial y, más tarde, elaborar una bebida carbonatada con sabor y con quinina conocida como “tónica”.

Se consiguieron producir bebidas refrescantes de gran calidad. De hecho, en algunos hospitales se distribuían gratuitamente a pacientes sin recursos. Con el tiempo, la demanda de sus bebidas se amplió a las personas que podían comprarlas.




"La clave es la gaseosa":


Comienza la fabricación de bebidas carbonatadas en Nueva York en 1832, cuando John Matthews inventa un aparato para mezclar agua con dióxido de carbono, y además agregarle sabor.

De la popularidad de la bebida nacen negocios que mezclan el agua carbonatada con sabores a elección, llamadas fuentes de soda. Sabores como naranja, limón o uva eran muy demandados. 

Con multitud de marcas y productores locales, las gaseosas lideraron el mercado durante años en las primeras décadas del siglo XX y estaban presentes en casi todos los hogares españoles. Un producto genuinamente nacional que abrió el paladar de los consumidores a las bebidas con gas.

"El éxito de las bebidas gaseosas en esta época lo refleja el hecho de que en los años 50 había en España más de 5.000 fabricantes. Se distribuían en cada provincia, de casa en casa y en los bares y tabernas de la época, a través de burros, bicicletas y carros, hasta que años más tarde se empezó a extender el uso de vehículos de motor".




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Tehuacán Brillante nace durante la constante evolución y capacidad de adaptación de la Industria Refresquera a lo largo de más de dos siglos de historia, la cual es una de las más dinámicas e innovadoras.

El consumidor cuenta hoy, a lo largo de todo el planeta, con una gran variedad de refrescos para cada momento y lugar, lo que le permite saciar la sed de forma saludable, divertida y placentera.

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