Cuando hablamos de agua, no solo hablamos del agua natural, sino también del agua mineral. No es cierto que el agua mineral no tenga sabor ni olor: alberga muchos matices, puede ser agradable, rica, ligera o espesa...
¿Todas las aguas minerales son iguales?
Todo o casi depende de la cantidad de residuo seco, es decir, los minerales presentes en ella. En base a esto se distinguen las diferentes tipologías de agua, desde las meteóricas, que provienen directamente de la lluvia y tienen un muy bajo contenido residual, hasta las saladas, pasando por las oligominerales, mediominerales y minerales.
No todas las aguas minerales son iguales, presentan diferencias importantes que si se aprenden a distinguir, pueden elevar aún más el nivel de la buena mesa. Lisas, gasificadas o efervescentes, es solo el comienzo.
"Cada tipo de agua, embotellada o del grifo, tiene su propio sabor y estructura".
Para comprobarlo basta con haber bebido el agua de diferentes ciudades y fuentes y, en el caso del grifo, cal y cloro a menudo se imponen sobre la materia bruta.
"Digamos que tomar cualquier agua de las envasadas es lo mismo para el cuerpo. Ninguna de las que se venden va a tener algo perjudicial porque en el Código Alimentario están los valores máximos fijados por normas internacionales y la OMS", dice Enrique Lázaro, ingeniero químico de la UBA y docente de la Facultad de Ingeniería. Pero enseguida aclara que no todas las aguas minerales son iguales. "La diferencia está en de dónde proviene y en la composición de minerales (que está en la etiqueta o el rótulo) y el grado", explica.
Aunque no existen dos aguas minerales que sean iguales, se pueden clasificar en función de los elementos minerales predominantes, que son los que les confieren propiedades terapéuticas peculiares. Según su contenido mineral el agua se clasifica como:
- Mineralización muy débil: Su residuo seco es de hasta 50 mg/l.
- Mineralización débil: Son aquellas que contienen menos de 500 mg/l.
- Mineralización fuerte: Contiene más de 1500 mg/l de residuo seco.
El agua mineral como tal, es un término que se aplica a las provenientes de pozos subterráneos y deshielos con presencia de sales, ácidos disueltos en el agua, cobre, zinc, potasio, magnesio, hierro entre los más comunes, que suelen ser beneficiosos para la salud. En el mercado las hay de tres tipos: lisas, gasificadas y las efervescentes, estas últimas menos comunes porque sus burbujas no son inducidas.
Al momento de comer, tenga presente algunas recomendaciones de los expertos. Por ejemplo, las aguas minerales gasificadas son ideales como aperitivos, abren el apetito y dan frescura al paladar, también en los casos donde los platillos tengan una tendencia hacia sabores amargos.
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